Esta danza tiene su origen en el ritmo de la SAYA-Afroboliviana, ritmo
y danza de origen negro y en la danza del TUNDIKI, danza también Afroboliviana
pero más relacionada con el mulato y el mestizo que se baila al ritmo de la
TUNTUNA.
La danza del CAPORAL trascendió
hasta nuestros días desde hace un poco más de 40 años, en 1972 la Fraternidad “Caporales
URUS” mostró esta danza por primera vez en la historia en la “Majestuosa
Entrada del Señor del Gran Poder” en La Paz-Bolivia, donde causó furor y
sensación entre los espectadores, a tal punto que en 1975, esta Fraternidad
recibió la 1ra invitación para salir al exterior para celebrar el aniversario
de la ciudad peruana del Cuzco. Desde entonces esta danza y muchas otras viajan
alrededor del mundo manifestando la cultura boliviana.
La danza del CAPORAL o de los CAPORALES debe su creación a la familia ESTRADA-PACHECO, que en su afán de crear una nueva danza incursionan en las comunidades afro de Chicaloma en los Yungas del departamento de La Paz. Allí vieron a los negros danzar la SAYA al son de instrumentos de percusión bajo el comando de un personaje particular: látigo en mano, blusa de mangas anchas, faja, pantalón abonbachado y cascabeles en las botas que emulan el sonar de las cadenas, “El Capo” (que representa al capataz, que en tiempos de la colonia era el preferido del patrón y vigía de los esclavos negros traídos del África. Controlaba, atemorizaba y martirizaba a los encadenados encargados de la producción de cítricos, azúcar, café y cocales de la zona de los Yungas en la actual Bolivia). Maravillados por la demostración, destreza y agilidad de la SAYA, deciden crear una nueva danza inspirada en el personaje de “El Capo”, reuniendo muchos “CAPORALES”, de ahí el nombre de esta danza boliviana.
Esta danza que llama la atención particular de gente joven se caracteriza por tener movimientos ágiles, en las que varones en particular hacen gala de giros, contorciones, volapiés y saltos acrobáticos; por su lado las mujeres se destacan mostrando la sensualidad femenina a través de movimientos gráciles.
El vestuario sin duda ha evolucionado al punto de resaltar sobre todo
la sensualidad de los bailarines. Coreográficamente, la danza es infinita,
utilizando desde pasos básicos “clásicos” hasta passes, battement, Pirouette y manesh (lenguaje
propio de la danza clásica) mezclados con movimientos y golpes de torso, brazos
y manos propios de la danza contemporánea y jazz. En este sentido la danza del
CAPORAL tiene un lenguaje propio e inmenso aun explorado que sin duda es parte
del Neo-folklore, el cual la
Academia de Danzas Neo-Folklóricas “Sariri del Ande” (ADANS) pretende
sintetizar para su aprendizaje, perfeccionamiento y constante evolución en la
que se encuentra la danza folclórica en particular dentro de las artes del
movimiento.
